Thelonious Monk: Straight, No Chaser (1988) es un documental sobre la vida del pianista bebop y compositor Thelonious Monk. Producido por Clint Eastwood, dirigida por Bruce Ricker y co-producida por Charlotte Zwerin, cuenta con actuaciones en directo de Monk y su grupo, y entrevistas póstumas con amigos y familiares.
Genialidad y desvarío, dos extremos
quizá no tan distantes presentes en algunas grandes personalidades.
Explorar esta dualidad sin caer en paternalismos o morbosidades son los
logros de Charlotte Zwerin en esta excelente cinta. Escondido tras ella,
estaba Clint Eastwood, que por esas mismas fechas abordaba el retrato
de Charlie Parker desde la ficción en “Bird”. Pero en “Straight No Chaser”,
Eastwood no pasa de la producción y Charlotte enhebra el relato
mediante una serie de grabaciones inéditas en las que Monk toca alguna
de sus piezas más notorias.
Así, la mirada de Zwerin busca al
artista heterodoxo que patronea su genialidad a golpe de instinto. La
pura definición de lo imprevisible. Pruebas: la memorable secuencia en
la que graba una sesión en estudio con Teo Macero donde éste no repara
en que para Monk no hay diferencia entre ensayo y toma buena, pues todo
va en serio. Otra: Nellie, su mujer y sostén, se acerca a su marido para
ponerle y atarle el cinturón, actividad que Monk es incapaz de afrontar
por sí solo. Estas secuencias, junto a las imágenes que muestran a Monk
girando sobre sí mismo, medio absorto, evadiéndose, dan la pauta de un
documental que sin romper intimidades entra en la vida de uno de los
artistas que modelaron la revolución del be-bop.
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